Por suerte, a pesar de que las picaduras de chinche pueden causar una gran molestia por sus efectos sobre la piel (como picor, enrojecimiento e irritación), no transmiten ningún tipo de enfermedad.
Además, la cantidad ingerida de sangre en cada picadura es de apenas 7 mililitros, por lo tanto, es muy difícil que una persona pueda verse realmente afectada por el consumo de sangre de las chinches, aunque la infestación sea muy grande y el número de picaduras sea masivo.
Pese a que las picaduras de chinches no son tan graves como para provocar la muerte de una persona, sí que hay documentados varios casos de estrés post-traumático tras sufrir una infestación de chinches, caracterizado por trastornos del sueño, insomnio y estrés.