Todas las fases de desarrollo de este insecto mueren cuando se exponen a temperaturas de 50ºC. Las ninfas y los adultos mueren antes de alcanzar los 50ºC pero los huevos son capaces de resistir temperaturas de 48ºC durante más de una hora de exposición a esta temperatura.
Para evitar este tipo de situaciones, las empresas de control de plagas profesionales utilizan unas máquinas que aplican calor seco sobrecalentado hasta 180ºC en el punto de salida, y que han sido especialmente diseñadas para el control de chinches. Así, cuando el vapor se aplica al área infectada, ésta alcanza como mínimo 80ºC, temperatura suficiente para la eliminación de todas las fases de vida de las chinches de cama.