A pesar de no poder volar, las chinches de cama poseen métodos mucho más eficaces para transportarse de un lugar a otro. El medio de transporte más común de las chinches de cama es mediado por el ser humano. Mediante esta vía pueden desplazarse a kilómetros de distancia, escondidas en grietas u orificios de muebles o electrodomésticos, dentro de maletas, bolsas, cajas o mochilas, e incluso en la ropa o zapatos de la gente.