Tras el vuelo nupcial llega el apareamiento
Durante estos vuelos, las hembras realizan la cópula con los machos y guardan el esperma en una estructura conocida como espermateca, que se halla conectada a los ovarios. El esperma almacenado durante la cópula se conserva durante toda la vida de la reina (que en algunas ocasiones es de más de 20 años), por lo que las hembras fecundadas no tienen necesidad de volver a copular con machos nunca más en su vida.
Esta situación se da como adaptación a la baja potencia sexual de los machos de hormigas. En la mayoría de especies de hormigas, los machos nacen con una cantidad fijada de esperma que les da para una o pocas inseminaciones. Esto es debido a que poco después de la eclosión, los testículos de los machos empiezan a degenerar. Ante tal situación, las hembras almacenan el esperma tras la cópula y lo dosifican y conservan durante toda su vida.
Los machos de Hormigas mueren tras la cópula
De hecho, los machos de hormigas suelen morir poco después de la cópula, generándose una gran diferencia entre la longevidad de los machos y la de las hembras. Así, por ejemplo, en la especie de hormiga Ectatomma ruidum las reinas suelen vivir unos 8 años mientras que los machos solamente 7 días, y en las hormigas cortadoras de hojas del género Atta las reinas viven más de 10 años y los machos solamente 3 días. Esto implica que a diferencia de otros insectos sociales como las termitas, las hormigas no tengan reyes en las colonias, sino solamente una o varias reinas fecundadas que se encargan de poner huevos durante toda su vida.
Las hormigas voladoras pueden confundirse fácilmente con las termitas aladas
En ambos casos se trata de insectos sociales con una organización colonial mediante castas. Además, tanto en termitas como en hormigas, existen castas de sexuados alados que realizan enjambrazones o vuelos nupciales, y la salida masiva de sexuados alados en estos enjambrazones se realiza en los dos casos después de un período de lluvias primaverales u otoñales. Por ello, es muy fácil confundir un enjambrazón de hormigas con uno de termitas. Aunque a priori una termita alada pueda parecer igual que una hormiga alada (las dos son negras u oscuras, aladas y de un tamaño similar), existen unas cuantas diferencias morfológicas que las distinguen claramente.
Diferencias entra hormigas voladoras y termitas aladas
Una de las principales diferencias entre termitas y hormigas aladas es la morfología de las alas: en las termitas los dos pares de alas son igual de largas, mientras que en las hormigas el segundo par es más corto que el primero.
Otra diferencia es la forma de las antenas. En las hormigas las antenas están dobladas 90 grados (lo que se conoce como antenas acodadas), mientras que las termitas tienen las antenas rectas. Además, otra diferencia que no suele apreciarse a simple vista pero que también las diferencia, es el número de ocelos. Los ocelos son pequeñas estructuras redondeadas con función fotorreceptora (pueden captar diferencias de intensidad lumínica). Tanto las hormigas como las termitas aladas los poseen en la cabeza, pero en las hormigas hay tres y están situados en la parte superior de la cabeza en forma de triángulo invertido, mientras que en las termitas hay dos y están situados junto a los ojos.
Por último, la diferencia más evidente es la presencia de peciolo en las hormigas. El peciolo es un pequeño estrechamiento en forma de cintura en el segundo segmento abdominal de las hormigas. En cambio, las termitas no poseen peciolo, por lo que presentan un cuerpo ancho y sin cinturilla evidente.