Picaduras de Pulgas
Las picaduras de pulgas en personas pueden generar reacciones alérgicas, provocando lesiones pequeñas y abultadas de color morado o rojo. Además, su picadura también puede provocar la transmisión de enfermedades infecciosas, como el tifus, la peste bubónica, o una enfermedad bacteriana conocida como “enfermedad del arañazo del gato” que se transmite a las personas mediante arañazos o mordiscos de gatos infectados.
Las pulgas del gato y del perro también son hospederas intermediarias del gusano plano del perro (Dipylidium caninum), que puede infectar a humanos (comúnmente niños) a través de la ingestión accidental de pulgas infectadas.
Pulgas en perros y gatos
Los principales vectores de introducción de pulgas en casas suelen ser los animales domésticos, sobretodo perros y gatos. Pueden coger pulgas en cualquier zona donde haya pulgas adultas, que en cuanto detectan a la mascota brincan encima de ella y se esconden entre el pelaje, alimentándose de su sangre e iniciando su ciclo vital.
Las pulgas del gato (Ctenocephalides felis) y del perro (Ctenocephalides canis) son dos especies distintas de pulgas y aunque prefieren a los gatos y perros como hospederos también pueden encontrarse en ganado o animales silvestres como roedores. Es por eso que si las condiciones ambientales son favorables pueden realizar su ciclo vital en el exterior, en parques, jardines o bosques, e infectar a las mascotas que se paseen por la zona infectada.
En el interior de edificios suelen preferir lugares donde se acumula el polvo, y en el exterior, zonas donde se acumulen desechos orgánicos.
Pulgas en casa
La presencia de pulgas en casa suele estar asociada a la presencia de mascotas u otros animales como ratas, ratones, o aves de corral, que han transportado accidentalmente la plaga al interior del hogar. Por lo común, las pulgas suelen concentrarse en las zonas de descanso de las mascotas, y en general, en cualquier superficie donde se hayan paseado.
Los huevos puestos en el hospedador no se quedan adheridos después de su puesta, sino que caen al suelo donde eclosionan. Las larvas se adhieren fuertemente a las fibras que hay en las alfombras, tapicerías, cojines, colchones, moquetas, e incluso pueden resistirse a ser aspiradas.Además, se alimentan de las heces de pulgas adultas que caen al vacío desde la mascota, lo que explica que la mayor concentración de pulgas en el hogar se produzca en sus áreas de descanso.
Debido a su pequeño tamaño, tanto los huevos como las larvas y las pupas pasan desapercibidas en las zonas afectadas, lo que sin duda es una de las claves de su rápida propagación en el hogar.